jueves, 24 de septiembre de 2009

CAROLINE MUNRO










Esta bella inglesa, de brillante cabello moreno, mirada hipnótica y escote vertiginoso comenzó su carrera gracias a su belleza y su cuerpo, trabajando como modelo para numerosas publicaciones.

Tras debutar en el cine en varios papeles sin acreditar y alguna que otra intervención sin demasiada relevancia, se da a conocer gracias a la producción de 1971 El abominable Dr. Phibes. Sería este el comienzo de una fructífera colaboración con la productora Hammer, que la llevaría a codearse con los grandes intérpretes de la desaparecida productora inglesa.

Tras su experiencia en la Hammer, la actriz quiso desencasillarse del rol que la perseguía, participando en películas de corte fantástico, como la deliciosa El viaje fantástico de Simbad y llegando incluso a ser chica Bond en La espía que me amo, aunque ya había aparecido en Casino Royal, parodia de la saga.

Con la década de los ochenta comienza el declive, siendo la mayoría de sus trabajos puramente alimenticios y donde en ocasiones sus interpretaciones son meras parodias de papeles anteriores. En su periplo por los diferentes lugares donde trabajo llega a España donde rueda bajo las órdenes de Jess Franco o Paul Naschy.

Sus títulos más representativos dentro del género de terror son:

El abominable Dr. Phibes (1971): Su primera colaboración con la factoría Hammer y un clásico del cine de terror.
El retorno del Dr. Phibes (1972): Secuela del título anterior y más floja que esta.
Drácula 73 (1972): Donde comparte cartel con los dos grandes actores de la productora Hammer, Christopher Lee y Meter Cushing.
Capitán Kronos, cazador de vampiros (1974): Interesante cinta que mezcla con habilidad el llamado cine de capa y espada con el terror más clásico.
Maniac (1980): Todo un referente del cine de terror más underground y que gana adeptos con el paso de los años.
Slaughter High (1986): Dirigida por su segundo marido, George Dugdale.
El aullido del diablo (1987): Dirigida por Paul Naschy, quien monopoliza la historia en detrimento de Munro.
Los depredadores de la noche (1988): Cinta del prolífico Jess Franco, y uno de sus últimas apariciones en la pantalla grande.

Esta apasionada del arte y que en realidad quería dedicarse a la fotografía puede presumir de ser una de las pocas scream queens que no han necesitado desnudarse en pantalla para lograr tan ansiado título. A sus casí sesenta años, conserva el atractivo que la hizo famosa y la convirtió en icono sexual para toda una generación.

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