domingo, 10 de abril de 2011

EL EXORCISMO DE EMILY ROSE (The exorcism of Emily Rose, 2005) 116´





“Basada en una historia real”

FICHA TÉCNICA

Dirección -Scott Derrickson
Guión -Paul Harris Boardman/ Scott Derrickson
Fotografía -Tom Stern
Música -Christopher Young
Producción -Paul Harris Boardman

INTERPRÉTES

Laura Linney (Erin Bruner)
Tom Wilkinson (Padre Moore)
Campbell Scott (Ethan Thomas)
Jennifer Carpenter (Emily Rose)
Colm Feore (Karl Gunderson)

SINOPSIS

Un médico llega a una solitaria casa a las afueras de la ciudad. Allí certifica el fallecimiento de la joven Emily Rose, de diecinueve años, quien ha sido sometida recientemente a un fallido exorcismo por el padre Moore. El doctor decreta que la muerte no ha sido por causas naturales.

Uno de los mejores acercamientos al siempre candente tema de las posesiones demoníacas, donde el realizador Scott Derrickson (Hellraiser, Inferno) utiliza el género judicial para narrar preteridamente los horribles hechos que acabaron con la vida de Emily Rose.

Orquestada mediante flashbacks, conocemos desde el comienzo el fatídico desenlace, siendo sin embargo objetivo del director el generar opinión entre el espectador sobre si lo sucedido es realmente fruto de entes sobrenaturales, o tiene explicación científica. Para ello trata de ser objetivo en la narración de los hechos, usando para ello el citado formato judicial, aunque el mayor protagonismo del sacerdote y la propia abogada defensora hace inclinar la balanza hacía conjeturas demoníacas, teniendo menor peso en la narración las posibilidades médicas.

Al igual que sucediera en El Exorcista (1973), la película que nos ocupa está basada en acontecimientos reales, siendo esa base de veracidad un elemento más para llegar al subconsciente del espectador y lograr emanar los miedos más primigenios. Y es que en ciertos momentos la película logra un clima tal que provoca auténtico terror, y eso con el plus añadido de no utilizar grandilocuentes efectos ni imágenes impactantes.

En esta ocasión el efectismo se apoya en dos grandes pilares; una atmósfera fantasmagórica y terrorífica potenciada por la partitura de Christopher Young y unas interpretaciones notables, destacando el papel de Jennifer Carpenter como la joven poseída, quien con una actuación sobrecogedora logra dar verisimilitud a los hechos narrados.

Una obra que trata de generar debate, y que tanto como cine judicial (que en ocasiones resta enteros a la película como cinta de terror) como enmarcada en el género demoníaco, obtiene unos resultados notables en su resultado final.

Para pasar dos horas de miedo auténtico, el cual se potencia de forma natural por la posibilidad de que los temas tratados hayan sucedido realmente.

Escena: La parte de exorcismo que tiene lugar en el establo de la casa.

Lo mejor: Los pasajes que tiene que ver tanto con el propio proceso de posesión como el exorcismo que da título a la película son aterradores.

Lo peor: En ocasiones la trama judicial se impone, convirtiéndose en una cinta más de juicios donde el peso terrorífico queda en un segundo plano.

Curiosidad: Como suele suceder en este tipo de cintas en las que el fervor religioso está muy presente, hubo personas que durante las proyecciones sufrieron crisis nerviosas (tal y como había ocurrido cuarenta años atrás con El exorcista).

Valoración: 8/10

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