lunes, 28 de noviembre de 2011

HELLDRIVER (Nihon bundan: Heru doraibâ, 2010) 117´





“Coming bloody son”

FICHA TÉCNICA

Dirección-Yoshihiro Nishimura
Guión-Daichy Nagisa/Yoshihiro Hishimura
Fotografía-Shu G. Momose
Música Kô-Nakagawa
Producción-Yoshinori Chiba/Hiroyuki Yamada

INTERPRÉTES

Yumiko Hara (Kika)
Eihi Shiina (Rikka)
Kazuki Namioka (Kaito)
Yûrei Yanagi (Taku)

SINOPSIS

Una extraña nube tóxica surge en el norte de Japón convirtiendo a todo aquel a quien alcanza en una especia de zombie a quien le nace un extraño cuerno sobre su frente. Para frenar la plaga, el gobierno construye un muro que divide físicamente a la población del país. Igualmente la opinión sobre qué hacer con estas criaturas es doble, de una parte los partidarios de acabar con ellos y de otra quienes creen que son seres humanos con derechos.

Yoshihiro Nishimura vuelve a la carga, ofreciéndonos lo que mejor sabe hacer, cine irreverente y cercano al bizarrismo, donde no obstante tiene cabida muy de soslayo cierta crítica social representada por el muro físico e ideológico que separa Japón en la cinta.

La película nos ofrece un espectáculo zombie adaptado al estilo visual y conceptual tan en boga últimamente en el mercado asiático. Y es precisamente el empacho de títulos semejantes a la obra actual, lo que provoca que el presente título pierda fuelle por la saturación en el mercado de películas semejantes en cuanto a idea y desarrollo donde el exceso es el principal de los argumentos.

En Helldriver podemos distinguir dos partes bastante claramente identificadas por la inserción de los títulos de crédito (elemento que aparece en el minuto 48 de metraje), y así mientras tenemos una primera parte más anodina, aburrida y estirada en exceso, podemos disfrutar sin ambages de una segunda mitad más ágil, entretenida y llena de momentos divertidos.

En el apartado de los efectos especiales, se repiten las constantes de Nishimura, CGI de dudosa calidad mezclados con efectos mecánicos más simpáticos y apreciables, donde no pueden faltar además las explosiones de hemoglobina que inundan literalmente la pantalla.

Sorprenderá a quien no esté acostumbrado a este tipo de cine venido de Japón, y a quien esté más curtido le resultada un título disfrutable pero poco más, no deja poso en el espectador.

Exceso y bizarrismo a partes iguales lleno de colorido visual.

Escena: El relato visual que acompaña a la narración de cómo la nube tóxica afectó a seis millones de habitantes y provocó la segmentación de Japón en dos.

Lo mejor: La capacidad de su director de crear secuencias llenas de imaginación, como el ataque al grupo de protagonistas de las cabezas de zombies usadas como proyectil.

Lo peor: Una primera parte demasiado lenta y prescindible, ya que lo único que hace es alargar innecesariamente el metraje.

Curiosidad: En la secuencia en el bar zombie puede apreciarse una parodia del famoso baile de Michael Jackson acompañado de toda una cohorte de zombies en su videoclip más famoso, Thriller.

Valoración: 6/10

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