viernes, 2 de febrero de 2018

HOUSE, UNA CASA ALUCINANTE (HOUSE, 1986) 86´


“Ding, dong, ¡estás muerto!”

DE QUE VA: Roger Cobb, exitoso escritor de terror, se encuentra en un mal momento anímico y personal tras la desaparición de su hijo y la separación de su mujer. Decidido a escribir una novela sobre su experiencia en Vietnam, se recluye en la vieja casona de su tía, quien acaba de suicidarse, y quien siempre había mantenido que esa casa estaba maldita.



QUIEN LA HACE: Varios son los nombres relevantes en el género de terror que participaron de esta exitosa película sobre casas encantadas que daría inicio a una por lo general olvidable tetralogia. Sean S. Cunningham, su productor, es conocido por todos los fans del género por ser el padre de la franquicia Viernes 13, siendo además junto a Wes Craven responsable de otro clásico como es La última casa a la izquierda. El autor de la historia original es Fred Dekker, director de esas dos joyitas de los ochenta que son El terror llama a tu puerta y Una pandilla alucinante. Por último, Steve Miner, su director es otro viejo conocido dentro del cine de terror, responsable de secuelas en sagas como Viernes 13 o Halloween y director de ese clásico ochentero que es Warlock el  brujo. Para cerrar el círculo habría que citar a Harry Manfredini como autor de la banda sonora, padre de la conocida sintonía musical de la citada Viernes 13.

QUIEN SALE: Trío de actores televisivos con William Katt a la cabeza, conocido por protagonizar El gran héroe americano y que aparecería en un papel secundario en el clásico de De Palma Carrie, George Wendt, el enorme Norm Peterson  de Cheers y Richard Moll, quien participaría en otra de las sitcoms de culto de los ochenta, Juzgado de guardia. Como responsable de especialistas nos encontramos con Kane Hooder, quien empezaría como especialista de cine y que acabaría siendo conocido dentro del género de terror por dar vida a personajes como Jason Voorhees o Victor Crowley.

ME GUSTA: La estupenda caterva de efectistas monstruos presididos por el zombie esquelético de Big Ben que a día de hoy siguen funcionando igual de bien que hace treinta años. Se guarda en la manga un puñado de sustos antológicos. Logra un inteligente equilibrio entre el terror y la comedia negra. Otorga a la casona en la que se ubica la historia una entidad propia cercana a otras grandes moradas del terror como Amityville.

NO ME GUSTA: Los fragmentos ubicados en Vietnam resultan sumamente artificiales tanto en lo que respecta a su pobre ambientación como en el comportamiento estereotipado de los personajes que aparecen en estas secuencias.





LA ESCENA: Una visita de la ex mujer del protagonista, unos cartuchos que caen al suelo y uno de los grandes sustos de nuestra juventud.






UNA CURIOSIDAD: El tenebrosos personaje del Big Ben zombificado tiene un parecido más que sospechoso con Eddie, la mascota del grupo de heavy metal Iron Maiden.





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